Textos Bases:

1 Corintios 15:58. “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.”

Filipenses 1:27.Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio.”

Nehemías 3

Abordaremos 9 aspectos del trabajo descrito en la reconstrucción de los muros y las puertas de la ciudad, la cual duró 52 días y tenía un largo de 2600 metros.

1. Todo creyente debe trabajar en la Obra del Señor, sea cual sea su origen, condición, trabajo, etnia, sexo, etc.

- Sacerdotes: Nehemías 3:1. Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, y edificaron hasta la torre de Hananeel.

Es el nieto de Jesúa (Esdras 2:2), que era el sumo sacerdote sobre Zorobabel, como estaban constantemente en el templo, los sacerdotes fueron quienes trabajaron en la obra, maximizando recursos.

- Hombres de Jericó: Nehemías 3:2 Junto a ella edificaron los varones de Jericó, y luego edificó Zacur hijo de Imri. Desde Jericó (6 a 7 kilómetros de Jerusalén) se sometieron al trabajo bajo el mando de Nehemías, estos pagaron un precio viajando desde lejos. Por otro, lado nos enseña que en la obra del Señor podemos trabajar con creyentes de otras denominaciones que conservan una línea doctrinal estructural.

Nehemías 3:8 Junto a ellos restauró Uziel hijo de Harhaía, de los plateros; junto al cual restauró también Hananías, hijo de un perfumero. Así dejaron reparada a Jerusalén hasta el muro ancho. Los plateros y perfumeros trabajaron en la Obra, independiente de su profesión ellos se dispusieron al trabajo.

Nehemías 3:12 Junto a ellos restauró Salum hijo de Halohes, gobernador de la mitad de la región de Jerusalén, él con sus hijas. No es usual en esta cultura que las hijas de este hombre lo ayudaran en un trabajo manual. Es tan inusual que se declara específicamente, nuestras mujeres juegan un rol fundamental en la Obra del Señor en el trabajo en la Iglesia, en el hogar y en todo aspecto, no menospreciemos sus dones y talentos.

Nehemías 3:17 Tras él restauraron los levitas; Rehum hijo de Bani, y junto a él restauró Hasabías, gobernador de la mitad de la región de Keila, por su región. Los levitas también apoyaron la obra.

Nehemías 3:26 Y los sirvientes del templo que habitaban en Ofel restauraron hasta enfrente de la puerta de las Aguas al oriente, y la torre que sobresalía. No sólo los sacerdotes y levitas, sino las personas más humildes que pertenecían a la casa de Dios, contribuían a la obra. En fin, todo creyente, independiente de su profesión, ubicación geográfica, sexo, condición social, debe trabajar en la obra del Señor.

2. Organización del Trabajo:

Cada colaborador tomo una función y un trabajo específico, bajo la supervisión de Nehemías se organizaron 40 grupos de trabajo, algunos ejemplos:

Nehemías 3:7 Junto a ellos restauró Melatías gabaonita y Jadón meronotita, varones de Gabaón y de Mizpa, que estaban bajo el dominio del gobernador del otro lado del río.

Nehemías 3:17 Tras él restauraron los levitas; Rehum hijo de Bani, y junto a él restauró Hasabías, gobernador de la mitad de la región de Keila, por su región.

Nehemías 3:18 Después de él restauraron sus hermanos, Bavai hijo de Henadad, gobernador de la mitad de la región de Keila. Se hicieron grupos de trabajo bajo el mando de un gobernador, se delegaron funciones, para esto Dios puso a Nehemías como cabeza de la obra, pero él delego funciones a gobernadores, esto nos enseña que debe existir preparación en el liderazgo dentro de las congregaciones y debemos recordar que LOS LIDERES DE HOY SON LOS APRENDICES DE AYER, la formación de líderes, y el ejercicio de los dones debe estar presente en toda congregación de sana doctrina.

Podemos observar que Nehemías los distribuyo según oficio, región o lugar de origen maximizando los recursos y trabajando de forma unánime. Para poder trabajar de esta forma necesitamos tener presente que las divisiones son una posibilidad, y que el Señor nos conmina a lo siguiente: 1 Corintios 1:10 “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.” A estar unánimes:

Filipenses 1:27.Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio

Filipenses 2:2. “Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.”

Observamos frecuentemente en el capítulo 3 la frase “junto a ellos”, esto denota la unanimidad presente en el trabajo realizado: Nehemías 3 versículos: 4, 7, 8, 9, 10 y 12.

3. Debemos empezar a trabajar por casa:

Desde adentro hacia afuera, ¿Qué sacamos con barrer afuera si adentro es un desastre? ¿Qué ganamos con trabajar en la Iglesia y nuestra casa esta descuidada? Siervos negligentes seriamos. Primero limpia tu casa, ordénala, trabaja en ella, es tu primera responsabilidad.

Podemos observar que muchos trabajaron frente a su casa: Nehemías 3:10 “Asimismo restauró junto a ellos, y frente a su casa, Jedaías hijo de Harumaf; y junto a él restauró Hatús hijo de Hasabnías”. Nehemías 3:23 “Después de ellos restauraron Benjamín y Hasub, frente a su casa; y después de éstos restauró Azarías hijo de Maasías, hijo de Ananías, cerca de su casa.” Nehemías 3:28 “Desde la puerta de los Caballos restauraron los sacerdotes, cada uno enfrente de su casa.” Nehemías 3:29 “Después de ellos restauró Sadoc hijo de Imer, enfrente de su casa; y después de él restauró Semaías hijo de Secanías, guarda de la puerta Oriental”. Observaron el desastre y ruina que había en su ambiente y se decidieron a trabajar.

4. Usa tus dones en el trabajo de la Iglesia:

A cada uno de los creyentes Dios les ha dado dones, ejercítelos en el trabajo en la Iglesia:

- 1 Corintios 12:4-7 “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.”

Dios nos demanda producir frutos de los dones que él nos ha dado, esto lo observamos en una de las parábolas del Señor:

Mateo 25:14-28: “Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.”

Una persona que no ejercita sus dones es un siervo malo y negligente, probablemente no sea un creyente, cada uno debe encargarse de su parte del muro, sino la obra se ve en dificultades, cada uno es responsable del ejercicio y fruto de sus dones, sino seremos como este siervo quien parafraseando se justificó de la siguiente forma : “Sabía que eras una persona a quien sería imposible servir, persona a quien nada le agradaría, que exigiría lo que es impracticable, y que estaría descontenta con lo que hubiera ganado”. Así secretamente consideran los hombres a Dios como un amo duro, y virtualmente, echan sobre él la culpa de su propia infructuosidad.

5. A pesar de que algunos no quisieran trabajar es nuestro deber seguir con la Obra

Hay de aquellos que, por creerse más sabios, orgullosos o por ser ociosos no trabajan en la obra, como lo ejemplifican los tecoítas más grandes:

Nehemías 3:5 “E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; pero sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor.” Es nuestro deber amonestar a este tipo de personas:

1 Tesalonicenses 5:14 “También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.”

Si no trabajas hay un flanco libre para la entrada del enemigo y la obra se ve en peligro, tu comunidad, tu Iglesia, tus hermanos. Pero a pesar de esto la obra no se detuvo, si observamos que hay personas en nuestra congregación con estas características debemos ser pacientes, amonestarlos, disciplinarlos si es necesario, pero debemos seguir trabajando y no desmotivarnos porque la causa es del Señor.

6. Trabaja con excelencia:

Da lo mejor, no lo roto, ni lo defectuoso, ni lo que sobra, demos todo para la Gloria de Cristo, tenemos el ejemplo de Abel Hebreos 11:4 “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.” Entrégate por completo a la obra.

7. Fomenta y ejercita la Cultura del Trabajo:

El Señor nos habló de la siguiente forma:

Juan 5:17.Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.”

Si somos hijos de Dios, nacidos de nuevo, imitaremos a nuestro Padre y reflejaremos sus atributos.

Juan 6:27.Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.”

Debemos estar dispuesto a pagar un precio por la obra, démonos por completo, no por la comida, la ropa, sino por lo que tiene eco en la eternidad.

8. Reconocimiento y Finiquitación del Trabajo:

¿Y qué si no me reconocen? ¿Dejaré trabajar? Dios está atento, él sabe todas las cosas y tu trabajo no es vano.

1Corintios 15:58.Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.”

Recuerda que los nombres de las personas que trabaron en esta reconstrucción están escritas en el libro más bello de la humanidad: La Biblia ¿acaso tu nombre no está escrito en el libro de la vida? ¿Acaso eso no es suficiente? Claro que lo es!!! Cristo es suficiente!!! Hebreos 6:10 “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.” ¿Completas los proyectos? ¿Acabas lo que empiezas? Mira a tu Salvador, mira lo que hizo, Cristo acabó la Obra!!!

Juan 17:4.Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.

Juan 17:5Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.”

Se diligente con tus hermanos, con tu Iglesia, con tu Familia, termina tus proyectos, acaba tus trabajos, vive como Cristo vivo.

9. Trabaja con Motivación y Fervor:

Podemos observar en Nehemías 3 que hubo trabajadores con un fervor y motivación notables: Nehemías 3:20 “Después de él Baruc hijo de Zabai con todo fervor restauró otro tramo, desde la esquina hasta la puerta de la casa de Eliasib sumo sacerdote.”

También que algunos terminaron y avanzaron construyendo más tramos con mucha motivación: Nehemías 3:30 “Tras él, Hananías hijo de Selemías y Hanún hijo sexto de Salaf restauraron otro tramo. Después de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías, enfrente de su cámara.” Nehemías 3:27 “Después de ellos restauraron los tecoítas otro tramo, enfrente de la gran torre que sobresale, hasta el muro de Ofel.”

Es más, se describe que todo el Pueblo tuvo ánimo para trabajar:

Nehemías 4:6.Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar.”

¿Qué nos motiva? ¿Cuál es el motor que nos dirige? A veces perdemos el rumbo, nos engañamos, nos desmotivamos, acaso ¿Cristo no murió por nosotros? Eso es suficiente, eso debe generar toda la energía y fervor e nuestra vidas, su Gloria, su Nombre, su Palabra. Haz lo que debes hacer porque es tu labor:

Esdras 10:4 “Levántate, porque esta es tu obligación, y nosotros estaremos contigo; esfuérzate, y pon mano a la obra.”

Recordemos la Iglesia de Éfeso:

Apocalipsis 2:2-3. “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.”

Ellos trabajaron por la Gloria de Dios, su ejemplo debe ser nuestra forma de vivir.

Para resumir podemos observar el comentario de Matthew Henry: Repartieron el trabajo para que todos supieran qué tenían que hacer (por tramos) y se dedicaran con el deseo de alcanzar la excelencia, pero sin contender ni dividir sus intereses. Ninguna discordia surge entre ellos, sino la de hacer lo máximo por el bien público. Cada israelita dio una mano para edificar Jerusalén. Ningún noble debe pensar que algo es indigno de ellos, si con ello fomentan el bien de su patria. Hasta las mujeres ayudaron en el avance de la obra. Esta reparó sus casas y aquella reparó en su recámara. Cuando se tiene que hacer una buena obra general, cada uno debe dedicarse a la parte que esté dentro de su alcance. Si cada uno barre delante de su puerta la calle estará limpia; si cada uno repara algo, todos estará reparado. Los que terminaron primero ayudaron a sus compañeros. Los muros de Jerusalén, en montones de escombros, representan el estado desesperado del mundo circundante; mientras la cantidad de los que estorbaban la edificación y su maldad da una débil idea de los enemigos con que tenemos que contender mientras ejecutamos la obra de Dios. Cada uno debe empezar por su casa, porque hacer progresar la obra de Dios en nuestras almas es lo mejor que podemos aportar para el bien de la iglesia de Cristo. Que el Señor estimule así el corazón de su pueblo, para que dejen de lado sus pequeñas disputas, y desechen sus intereses mundanales, para dedicarse a la construcción de los muros de Jerusalén y a la defensa de la causa de la verdad y santidad contra los asaltos de los enemigos declarados.

Evaluación: ¿Cuáles son tus prioridades? Evalúalas. ¿En qué estas trabajando actualmente? ¿Estás ejerciendo tus dones en tu congregación? ¿Cómo están tus roles como miembro y creyente? ¿A cuánta gente estas motivando?

Reflexión Final:

Cuando la Iglesia trabaje unánime, motivada, por la Gloria de Cristo, realmente nuestros enemigos serán humillados, y reconocerán que solo Dios es digno y que por él trabajamos:

Nehemías 6:16.Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra.”