Pobres y ricos ¿En qué se glorían?
Serie: Sabiduría de lo alto.
Santiago 1:9-11
9 Pero que el hermano de condición humilde se gloríe en su alta posición, 10 y el rico en su humillación, pues él pasará como la flor de la hierba. 11 Porque el sol sale con calor abrasador y seca la hierba, y su flor se cae y la hermosura de su apariencia perece. Así también se marchitará el rico en medio de sus empresas.
Introducción
Santiago ha enseñado a los hermanos dispersos que las pruebas no son al azar, sino que Dios las usa pues, por medio de ellas, está produciendo perseverancia. También expuso el ingrediente necesario para las pruebas, y este es la sabiduría que Dios da abundantemente sin reproche a todo aquel que pie de con fe, sin dudar. Y ahora nos presenta un caso práctico en donde la sabiduría debe ser aplicada y, sobre todo, en un momento de prueba. Aquí los hermanos son aun más detallados como pobres, quienes están en necesidad. Para algunos comentaristas también son hermanos quienes son ricos. Estos destinatarios, al igual que nosotros, son exhortados por el pastor Santiago, preocupado de que sus vidas sean “disfrutables mientras se gozan en Cristo, a pesar de las circunstancias”, en otras palabras, que vivan con la sabiduría de lo alto.
Así, Santiago iniciará con el tema de los ricos y los pobres, desigualdad social, abundancia y escasez. El trato de unos para con otros en la iglesia es un tema recurrente en la carta, y esta es su primera mención, la cual marcará entonces lo que Santiago seguirá desarrollando en otros textos, por ejemplo:
2:1 Hermanos míos, no tengan su fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo con una actitud de favoritismo.
5: 1-2 Oigan [a] ahora, ricos! Lloren y aúllen por las miserias que vienen sobre ustedes. 2 Sus riquezas se han podrido y sus ropas están comidas de polilla.
El presente sermón se titula “Ricos y pobre, ¿en quién se glorían?”, y nuestros puntos serán los siguientes:
I. Qué es gloriarse
II. La gloria del pobre
III. La gloria del rico
IV. La gloria es de Cristo
V. Conclusión
I. Qué es gloriarse
El texto hace una invitación a “gloriarse”, es decir, es un verbo, una acción a ejecutar tanto por ricos como por pobres. Uno en su alta posición y el otro en su humillación. Pero… ¿Qué es gloriarse?
Dice un Diccionario bíblico [1]:
(Del lat. gloriari).
1. tr. glorificar.
2. prnl. Preciarse demasiado o jactarse mucho de algo.
3. prnl. Complacerse, alegrarse mucho. El padre se gloría de las acciones del hijo.
MORF. conjug. c. enviar.
Dependiendo del contexto la misma palabra, tiene diferente connotación, por ejemplo:
Ejemplo, misma palabra, pero diferente contexto:
1. Jactarse, enorgullecerse, en sí mismos. Stgo. 4:15-17
15 Más bien, debieran decir[a]: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. 16 Pero ahora se jactan en su arrogancia[b]. Toda jactancia semejante es mala. 17 A aquel, pues, que sabe hacer lo bueno[c] y no lo hace, le es pecado.
2. Jactarse, enorgullecerse, en lo que no corresponde. Ef. 2:8-9
8 Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios; 9 no por[a] obras, para que nadie se gloríe.
3.Jactarse, enorgullecerse, en Dios 2 Corintios 10:17-18
17 Mas el que se gloría, gloríese en el Señor; 18 porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.
“Si hay algo que define la vida de un hombre es aquello en lo que ese hombre se gloría, aquello que exalta por encima de todas las demás cosas. Todo hombre se gloría en algo, en alguna habilidad en particular, en alguna posesión, en su ascendencia familiar, en las personas que conoce, en el conocimiento que posee, en los logros que ha alcanzado; algunos se glorían incluso en su maldad”. Sugel Michelén [2]
Esto implica gozo, alegría. Gloriarse es sentirse también contento con lo que es objeto de gloria. Hay menciones en:
Salmos 34:2
2 En el Señor se gloriará mi alma; Lo oirán los humildes y se regocijarán.
Salmos 44:8
En Dios nos hemos gloriado todo el día. Por siempre alabaremos Tu nombre. (Selah)
Salmos 105:3
Gloríense en Su santo nombre; Alégrese el corazón de los que buscan al Señor.
“Un jubilo gozoso, que se experimenta debido a la satisfacción en el corazón por lo que eres, tienes y/o tendrás”. Salvador Gómez Dickson.
II. La gloria del pobre
9 Pero que el hermano de condición humilde se gloríe en su alta posición,
Santiago está hablando a cristianos, y se une a ellos dentro el grupo de hijos del mismo padre, hablando del “hermano”. Por tanto, primero aprendamos que los hijos de Dios en esta tierra pueden ser probes ¿Por qué pobres? pues el término “de condición humilde” se refiere una condición de escasez que lo humilla, que lo tiene en un rango de menor categoría, alguien que es pobre, el cual puede tener su comienzo en la persecución por la causa de Cristo (…quienes económicamente eran necesitados, humilde se refiere a alguien pobre en lo económico)[3]
No hay lugar en toda la Biblia para creer en el evangelio maldito de la prosperidad, otro evangelio es maldito para Pablo de acuerdo a los Gálatas 1, no hay nada de bueno en todo ese montón de diabólicos mentirosos que predican otro evangelio y lo único que hacen es abundar en la maldición y esto solo trae maldad. Por favor, hermano y hermana, no los escuche en nada. Ellos enseñan que, si el cristiano es pobre, enfermo o algo similar, entonces está en pecado, falto de fe, hay una maldición.
A diferencia de lo que ellos postulan, no hay nada de malo en ser un hijo del Señor y tener una condición de pobreza, de escasez, sobre todo si esta condición ha llegado debido a la prueba, a las circunstancias que escapan de nuestras manos, permitiendo Dios esto para nuestro bien, y cuanto más si esa escasez ha llegado precisamente por ser fieles al Señor. Esto no es una muestra de poca santidad o de incredulidad, sino que, por el contrario, es una marca del grupo de esclavos de Cristo, hombres y mujeres que, debido a no seguir las corrientes del mundo, se enfrentan a la persecución, y a la aflicción, a la pobreza, al hambre, recordando que nuestro mismo maestro, del cual nadie es mayor, no tenía dónde recostar su cabeza.
Sin embargo, debemos tener cuidado, pues tampoco ser pobres es un estado que siempre sea debido a la causa de Cristo. También puede ser experimentada debido a la negligencia, y muchos la usan también como justificación para su pereza, para no cuidar el cuerpo, templo del Espíritu, para no adiestrar el intelecto, para no emprender, para no trabajar. Mucho menos veamos es la pobreza como justificativo para vivir constantemente dependiendo de otros, haciendo una costumbre el pedir, verse como una víctima del sistema, ya sea del estado, del jefe, de su familia, del lugar donde vive, etc…
1.Proverbios 24:30-34
30 He pasado junto al campo del perezoso Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento[a], 31 Y vi que todo estaba lleno de cardos, Su superficie cubierta de ortigas, Y su cerca de piedras, derribada. 32 Cuando lo vi, reflexioné[b] sobre ello; Miré, y recibí instrucción. 33 «Un poco de dormir, otro poco de dormitar, Otro poco de cruzar las manos para descansar», 34 Y llegará tu pobreza como ladrón[c], Y tu necesidad como hombre armado[d].
2.Tesalonisences 3:10-12
10 Porque aun cuando estábamos con ustedes les ordenábamos esto: Si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma. 11 Porque oímos que algunos entre ustedes andan desordenadamente, sin trabajar, pero andan metiéndose en todo. 12 A tales personas les ordenamos y exhortamos en el Señor Jesucristo, que trabajando tranquilamente, coman su propio pan.
3. Gn. 1:27-28; 3. No olvidemos que la condición de pobreza es una consecuencia del pecado de Adán, así como la enfermedad. Y así como debemos cuidarnos de enfermarnos, y de estar enfermos, debemos buscar la forma lícita de salir de esa condición, y así como la enfermedad puede llegar debido a la soberana voluntad de Dios, también puede venir debido a nuestro pecado, así ocurre con la pobreza.
Dios creó al hombre, le dio de todo lo necesario y le mandó a cultivar la tierra. El pecado hizo que el hombre dejará el trabajo, dejara de generar sus propios recursos de forma plena, y se pusiera perezoso, tuviera un sentido de que se le debe algo, y además de que no se goce en su propio esfuerzo, sino que lo vea como una maldición. Pero Dios no quiere eso. El mandato de cultivar la tierra, es decir, de emprender, salir de forma lícita, con fidelidad y honra al Señor, de la pobreza, es algo que sigue en pie. Si Dios debido a eso le concede ser rico, alabado sea a su nombre, pero si a pesar de este ánimo, Dios le concede ser pobre, y además ser perseguido por su causa por hacer el bien, alabado sea el nombre del Señor también.
Hermano y hermana,
1. Si eres pobre, y debido a esto tienes una condición más humilde, pregúntate ¿esto es debido a mi pecado, a mi negligencia, a pensar que todo me lo debe dar el gobierno, la iglesia, etc?
2. ¿Cómo has administrado cada bien que Dios te ha permitido tener? 3. ¿Dónde está puesta tu gloria, en qué te jactas? ¿en ser pobre y, por lo tanto, tener una actitud más servicial, (más humildad)? ¿piensas que debido a tu pobreza eres más santo, más piadoso, que eso es muestra de te pareces más a Cristo y así miras con desprecio a quienes tienen son de mayores ingresos que tú, pues ellos son personas corruptas o abusadoras, ¿pecadores?
Esto es necedad, tu jactancia debe estar en Cristo, debes mirar más allá de la situación en la que estás.
4. Tampoco es bueno que no te gloríes en nada, cuidado con pensar “bueno, soy pobre, Dios lo ha querido, qué triste es mi vida, nada tengo nada porque gloriarme…”
No, pues eso también es un acto de desentendimiento de la obra que Cristo ha hecho.
El pobre debe gloriarse en la posición elevada.
Recuerda hermano que tienes una posición más elevada. Hoy ya eres más importante que cualquier político, líder mundial, empresario, etc… Tu eres un hijo de Dios, quien es dueño y Señor de todo. Tu alegría debe estar en que tu nombre está escrito en el libro de la vida, tu gloria, jactancia y tu cuello debe mantenerse firme, con una frente en alto, y con mucha felicidad, pues hoy a pesar de tu pobreza, tu eres rico, “Yo conozco tu tribulación y tu pobreza (pero tú eres rico),” Ap. 2:9.
Así debes gloriarte en el Señor. Esta gloria es correcta, pues esta en Cristo, el único digno, quien nos ha revelado al Padre, a quien hoy conocemos:
Jeremías 9:24
Pero si alguien se gloría, gloríese de esto: De que me entiende y me conoce, Pues Yo soy el Señor que hago misericordia, Derecho y justicia en la tierra, Porque en estas cosas me complazco», declara el Señor.
Y el Apóstol Pablo nos dice que somos “la circuncisión”, los verdaderos israelitas, el pueblo de Dios, Su iglesia. Gracias a que Cristo nos compró, podemos y debemos gloriarnos en lo que somos gracias a Cristo 3 Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.
Por eso Santiago dice que debe el pobre gloriarse en su “alta posición”. En otras palabras, la altura que debido a Cristo tenemos. Él nos ha hecho dignos, no una marcha, ni un movimiento social, ni las cosas de este mundo. Y si bien nacemos siendo imagen de Dios y por eso somos dignos, hay una plenitud de la dignidad que es únicamente la que tienen los que han sido salvados por Cristo, y esto debe hacernos gloriarnos a pesar de que en este mundo tengamos una condición de oprimidos, de pobres, carentes de muchas cosas. Cristo en nuestra gloria, pues Él nos hizo Hijos de Dios, y esta palabra es importante. Dice Efesios 4:3 que Cristo subió a lo alto. Dice Lucas 24:49 que vendría sobre los discípulos poder desde lo alto. Es esa altura en la cual también nosotros, los pobres debemos gloriamos en Cristo, es El quien nos dios una alta, o altísima posición.
“y con Él nos resucitó y con Él nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús,” Efesios. 2:6.
III. La gloria del rico
10 y el rico en su humillación, pues él pasará como la flor de la hierba. 11 Porque el sol sale con calor abrasador y seca la hierba, y su flor se cae y la hermosura de su apariencia perece. Así también se marchitará el rico en medio de sus empresas.
Santiago presenta el contraste, uno humilde, pobre, ahora uno altivo y rico.
Es común de los Proverbios y Salmos presentar contraste. Y así como el pobre es exhortado, ahora también el rico lo será.
¿Los ricos aquí son cristianos o son inconversos?
Para algunos comentaristas, el texto habla de los ricos incrédulos, pudiendo ser autoridades, empresarios, apóstatas que, amando más las riquezas, habían abandonado la fe. En resumen, no eran parte de la iglesia perseguida.
Se argumenta esto ya que Santiago no les llama “hermanos” como lo hace con los “hermanos de condición humilde”. Vemos también que, así como se secará la flor, también lo hará el rico insensato, dejándolo sin esperanza, a diferencia de la esperanza de la alta posición de quienes están siendo afligidos, es decir, los cristianos pobres, no es considerado como cristiano por Santiago, puesto que no se le ofrece esperanza futura. [4]
Para quienes creen que sí son creyentes estos ricos, podemos ver que tenemos mucho registro en que los ricos eran parte del pueblo de Dios como Abraham y Job. Ellos eran justos, temerosos, y sus ojos estaba en lo celestial, pero ellos no tenían puesta su alegría en las riquezas, sino que en Dios. Vemos también a Zaqueo, José de Arimatea. No es que era imposible, sí difícil. Hay una tentación allí, pero hay creyentes ricos. Eran exhortados:
-¿Qué? ¿No tienen casas para comer y beber? ¿O desprecian la iglesia de Dios y avergüenzan a los que nada tienen? ¿Qué les diré? ¿Los alabaré? En esto no los alabaré. 1 Corintios 11:22. (por no considerar a los pobres)
Creo que la exhortación más que a la persona, que sin duda es importante identificarla, va al pecador, y este puede ser tanto creyente como incrédulo, y ambos deben atender al llamado de arrepentimiento, implícito, no explícito pues no lo hay. Uno lo atenderá para santificación y el otro para salvación, y sí o sí este “ricos” tenía alguna relación con los cristianos.
Observemos algunas cosas:
10 y el rico en su humillación
1.El rico es exhortado a gloriarse. Por eso dice “en su” trae el verbo “gloriarse” que le precedía ¿En qué debe gloriarse el rico?, en “su humillación”, en otras palabras, esto es en un estado como el de Cristo cuando vino a este mundo, y se humilló y así el rico incrédulo debe poner su gloria, su jactancia en su humillación, en vivir con un sentido de bajeza, de esclavo, de siervo ante, contexto inmediato, los pobres.
¿Podría el rico, si se está hablando del incrédulo, hacer esto, tener este sentir?
Por supuesto que no. En ese caso Santiago está ironizando, es decir, demostrando lo ridículo o lo necio que hay en los ricos quienes ponen su gloria en las riquezas, y no pueden gloriarse en ser semejantes a Cristo y, por lo tanto, gloriarse en Cristo, alegrarse en que él dejó su riqueza, se hizo pobre, un esclavo atendiendo a otros, es un imposible para ellos. Su orgullo personal, en sus posesiones, y ellos serán condenados, al igual que se seca la flor hermosa de la hierba.
3. El “rico” cristiano, sí puede y debe gloriarse en su humillación, es decir, en que es un hijo de Dios, y quien no vale por lo que tiene, sino que, por la obra de Cristo en la cruz, y así debe vivir, como un esclavo, humilde siervo del Señor.
-17 A los ricos en este mundo[a], enséñales que no sean altaneros ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos. 18 Enséñales que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, generosos y prontos a compartir, 19 acumulando para sí el tesoro de un buen fundamento para el futuro, para que puedan echar mano de lo que en verdad es vida. 1 Tim. 6:17-18
4. Un rico en este texto es quien no tiene absolutamente ninguna necesidad de nada, está lleno de todo, no tiene que ni siquiera trabajar. Es más, puede asegurar a sus generaciones, tiene abundancias. Él lucha con gloriarse en sus logros y posesiones, de hecho, esto es tratado constantemente el la palabra: el riesgo y el cuidado que debe tener el rico.
Otra vez les digo que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el reino de Dios». Mt 19:24.
Cuando un hombre ama a las riquezas inmediatamente no ama Dios, ese es su Señor, y cambiará todas las cosas por su ídolo, en este caso, sus riquezas, como dijo Pablo de Demas, demostrando cuál era su verdadero dios, su verdadera gloria, dice “…Demas me ha abandonado, habiendo amado este mundo[a] presente, y se ha ido” 2 Tim. 4:10
Pero Santiago no reprende el tener riquezas, sino que al rico. Nuevamente, y aun con mayor claridad, notemos que no es pecado tener recursos, ser ricos. 1 Tim. 6:6-10
El problema radica en amar al dinero, en tenerlo con una alta estima, en lenguaje de 1 Juan está en el verso 15 15 No amen al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos, y la arrogancia de la vida[a], no proviene del Padre, sino del mundo.
Y Salmos 62:10 dice:
No confíen ustedes en la opresión, Ni en el robo pongan su esperanza; Si las riquezas aumentan, no pongan el corazón en ellas.
Es ridículo cambiar la gloria del cielo, y la posición que tenemos hoy en Cristo, para gloriarnos en las cosas hechas. Estas vienen y van, crecen, desaparecen, suben y bajan, fluctúan, estas son como las olas del mar. Y si nuestro corazón está en sellas, seremos también semejantes a estas olas, serán ellas las que determinarán nuestro cimiento y destino. En otras palabras, lo que somos y hacia donde vamos pero, quien tiene a Cristo, tiene solido cimiento, sabe que hoy está en un tiempo, una era que pasará, pero la era venidera, el siglo venidero, será una realidad, y desde ya tiene garantías, el Espíritu Santo que da testimonio de todas las promesas de Dios, y de la herencia que en la gloria tenemos reservada por el poder de Dios ¿en qué más podríamos gloriarnos, sino que en Cristo?
Es necio gloriarse en las cosas, además porque jamás alcanzaremos el nivel, la “alta posición”, que Cristo tiene, y nos ha regalado.
Si pensamos en el hombre más rico del mundo de la historia, quien quieras que sea: para un niño, su padre; para un adulto, su jefe; un empresario mundial, un emperador, etc. o todos juntos, no alcanzan en nada a compararse con Cristo, quien es incomparablemente más rico. Al lado del Señor todos somos pobres, todos, todos. Nadie puede estar siquiera al lado de Cristo.
Y hoy 9 Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, 10 para que al[a] nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Fil 2:9-11
Hermanos, nos cabe aquí recordar la exhortación de Cristo a la iglesia Laodicea:
17 Porque dices: “Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad”. No sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo. 18 Te aconsejo que de Mí compres oro refinado por fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos y que puedas ver.
19 ’Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete. 20 Yo estoy a la puerta y llamo; si alguien oye Mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.
Ap. 4:17-20
Lo último que decir respecto de la gloria mal puesta por parte de los ricos es que serán castigados:
11 Porque el sol sale con calor abrasador y seca la hierba, y su flor se cae y la hermosura de su apariencia perece. Así también se marchitará el rico en medio de sus empresas.
La vanagloria y, a la vez, sus posesiones serán quemados, son inservibles. Las riquezas no pueden comprar la salvación, las riquezas no tienen valor alguno delante de Dios. A Él no le importa lo grande de tu casa, lo importante de tu nombre, lo acumulado de tu dinero. No… todo esto será quemado… y es importante notar lo que dice el texto: el rico, si es un cristiano, vivirá tal vez haciendo crecer su riqueza, pero así como la flor fue cultivada y llegó a salir y verse con hermosura, esta se seca. También el rico puede estar cultivando su empresa, sosteniendo sus negocios, y mientras esto crece su corazón está descontento, está angustiado, está perdido, dice el texto “Así también se marchitará el rico en medio de sus empresas”.
IV . La gloria está en Cristo.
a. Si tu conoces a Cristo, si eres hijo de Dios, te animo y exhorto:
5 Sea el carácter de ustedes sin avaricia, contentos con lo que tienen, porque Él mismo ha dicho: «Nunca te dejaré ni te desampararé», 6 de manera que decimos confiadamente:
«El Señor es el que me ayuda; no temeré. ¿Qué podrá hacerme el hombre?».
No seas envidioso, debido al existo, a la abundancia de otros. Revisa si tu condición corresponde a pecado y arrepiente. Gózate en vivir por la causa de Cristo, recordando la posición que tienes en Él. Gloríate en Cristo quien quiso redimirnos, recuerda que tu vida está escondida con Cristo en Dios. Alaba su nombre, gózate en Él, no mires ni te desanimes por tu condición actual… Gal. 6:14.
14 Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.
Si te consideras rico, ten cuidado, nada eres, comparado a otros y menos a Dios. Él es dueño de oro y plata. Y recuerda que lo que hoy tienes no perdurará.
Hermanos la vida es temporal, la vida es incierta a nuestros ojos, no sabemos que pasará, es una niebla. Sin embargo, ustedes no saben cómo será su vida mañana. Sólo son un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. Stgo. 4:14.
No podemos seguir perdiendo el tiempo, nuestra gloria debe ser Cristo, su vida, su obra, sus promesas, lo que somos y seremos en Él.
Hermanos gloriémonos en Cristo. Siendo enemigos de Dios, hemos sido hechos sus hijos, la condenación ya no está sobre nosotros. Amados somos por el Padre, y esto fue debido a la sangre derramada de nuestro buen Señor Jesús ¿Cómo no gloriarnos en él?
Romanos 5
10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
V. Conclusión
Si tú no eres cristiano, no eres creyente:
Ven a Cristo hoy, no sigas perdiendo tu vida, que tu gloria sea Cristo. No seas como el rico insensato e incrédulo, porque serás quemado, no una vez, sino que por toda la eternidad. De nada te servirán tus riquezas, de nada servirá justificarte en tu pobreza, culpándola por tu lejanía del Señor, depresión, NO…serás quemado como la cizaña es enviada al fuego, allí en el lago de fuego y azufre.
Pero, oh amado, ven ahora a Cristo, la cruz es gloriosa, pues allí esta la promesa para todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna.
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Sugel Michelen, https://www.coalicionporelevangelio.org/entradas/sugel-michelen/gloriandonos-en-la-cruz-de-cristo/ ↑
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Simon J. Kistemaker, Cometario a Santiago, 1-3 de Juan, Libros Desafío 2001, Grand Rapids, MI. 58. ↑
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Kistemaker, 29. ↑