El Señor dispuso nuestra salvación desde la eternidad, y para eso cada persona del Dios Trino asumió una tarea: El Padre envía, el Hijo obedece y cumple, y el Espíritu aplica la obra de redención. Todo esto de tal manera que la salvación es una obra del Dios Trino, y por cada parte de esa obra se debe dar toda gloria a Dios.

Archivos Adjuntos